miércoles, 13 de febrero de 2008
Décima criollista
Por Bergson Rosario
A ti Negra
Nunca Te dije mujer
Que yo iría a Castañuelas
A buscar una linda negra
Que me sepa comprender
No vengo en busca de placer
Porque lo tengo a montón
Quiero entregarte el corazón
De este amor verdadero
Me entregaré por entero
Para ganarme tu favor.
He recorrido un camino
Más largo que tu inocencia
Y para vencer mi demencia
Provocada por tu destino
Quiero leerte mi sino
Que de algo nos servirá
porque sé que me amarás
y aprenderás a quererme
¡Cuando a mi tierra te lleve
tú no te arrepentirás!
En mi casa tú vivirás
Como la reina de los cuentos
Te cantaran los insectos
La canción que escuchará
Y para siempre tendrás
Una hamaca de descanso
Por debajo irá un remanso
De sueños todo tejido
Y jugará con los hijos
Que serán todo un encanto.
Lo que digo no me lo creas
En eso tienes derecho
Pero te voy a hablar con hechos
Para que sólo tú veas
Que la gallina patalea
Cuando le llevan el gallo
Y no es que yo no hayo
Cómo decirte mi cielo
Lo mucho que yo te quiero
Mas por eso no me callo.
Cuando crucemos el puente
De ese Yaque dormilón
Tú encontrarás por montón
Cueste lo que me cueste
A una estrella Celeste
Que será tu compañera
En las horas mañaneras
Cuando la noche se va
Tú te levantarás
A consolar mis ñoñeras.
A cambio te voy a dar
Sin que tú me pidas nada
Un burro con sus dos hálganas
Que a ti te voy a comprar
Para que vayas al platanal
los siete días de la semana.
Nos llevaremos a tu hermana
la que a ti te convengas más
y pronto me encontrarás
como el buey en la sabana.
Cuando estemos en mi casa
la casa que tuya será
sembraré matas de ananás
para ver lo que te pasa
si con este hombre te casa
por ti buscaré la gloria
como el agua de una noria
tranquila el tiempo transcurre
si sobre mi cuerpo te sube
yo cantaré la victoria.
Ya no demores tesoro
En entregarme tu vida
Para compartir la villa
Que te hice con mi ahorro
Sabes bien cuánto te adoro
tal parecería incierto
Prefiero estar bien muerto
antes que decirte mentiras
por eso cuanto te diga
lo estoy sufriendo por dentro.
La negra de todos mis sueños
Se refugió entre mis brazos
Buscándome como un lazo
Que ata a su propio dueño
Tal abrazo fue un ensueño
Que yo ya me presentía
Pues la mirada del primer día
Me puso sobre aviso
De que ella siempre quiso
Mi muerte de pre cundía.
27 de enero, 2008
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