En la existencia de un ser ocurren mil pasiones en sólo un momentáneo suspiro que nos regala el universo. Son incontables las ocasiones en las que nos vemos acorralados o acorraladas, aquí es válido el uso determinado del género, por los embates de una sentida pasión. Cada experiencia amatoria o, sencillamente, de admiración por el género ubicado en la barda contraria va dejando un secuela difícil de borrar de la vida de cada cual. La miel que embriaga los sentidos destila por todos los contornos e intersticios de la carne hasta cubrir con un manto de relucientes colores primarios la esencia que emerge de las soterradas sombras del alma.
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