martes, 16 de octubre de 2007
DANNY RODRÍGUEZ O LA REMINISCENCIA DE UNA ÉPOCA
Danny Rodríguez, en el centro,
junto a los poetas Bergson Rosario
y Joiffre Pimentel
Por Bergson Rosario
El poema, para el novel escritor esperanceño, Danny Rodríguez, es una atalaya desde la cual vislumbra con impotencia extrema la iniquidad social que sojuzga el espíritu de los olvidados de la fortuna que significa, tanto de los bienes materiales como de los espirituales.
En sus expresiones poéticas se percibe cierta reminiscencia de los nombrados “Poetas del 40” o, mejor nominados como “Los Independientes del 40”, específicamente al Héctor Incháustegui Cabral de “Canto triste a la patria bien amada”. El resabio social de Danny emerge con ímpetu del fondo de su ser, de su solidaridad con quienes sufren las consecuencias sociales.
En “Zoneros” exclama “Te miro entrar salir/ perdido en la muchedumbre tu mal remunerado vigor.” También en el poema “Sabiduría” denuncia el poeta “y enseñarte a los militantes del infortunio” A ellos, a los desvalidos fabriles, a quienes se arrastran sobre el lomo de la locomotora moderna, ambulantes de las zonas francas; a ellos les dedica su emancipada lira.
En el poema “Sabiduría” se descubre la canción de la filosofía, la profundidad dicotómica de la esencia–ser y la materia–mente como responsable directa de la concepción del conocimiento para dominar el cosmos: “Inagotable manantial/ abundante y escasa/ sacia mi mente y mi ser.” Aquí, la abstracción de la sabiduría se pasea con él como con una núbil mujer bajo las nubes, la lluvia y el ardiente sol caribeño “hasta el final de mis días” es “luz en la oscuridad” para desafiar la ausencia total del dominio del conocimiento, es la luz con la que quiere soñar y vivir para llevarla por el camino de los que la necesitan.
La preocupación del poeta por los que no les alcanzan los ojos para ver las cosas sublimes o las sencillas; para los que tienen oídos, pero no son capaces de escuchar las sirenas fabriles; para ellos es el canto de Danny. Su preocupación por “ellos” le permite, al poeta, adentrarse en la historia de los pueblos americanos en un comparar de personajes creados o reales “entre el Jefe y Bairán/ Batista y el Che/ compadre Mon y nosotros.” Así mismo va anteponiendo “si, un YO con todo” a “un yo sin nada” “y así/ YO TENGO/ yo quiero/ YO HAGO.”
La forma de Danny introducir el desarrollo de sus ideas nos conduce por un sendero lúdico con el que intenta crearse su propio estilo. En el poema “Zonero” inventa palabras con una doble representación que nos hace pensar en dos conceptos diferentes. En el verso “viajera expor(plo)tada” el autor, con la introducción de una nueva sílaba entre paréntesis, nos pone a pensar en dos palabras diferentes y que él deja a opción del lector el uso de una o de la otra en el mismo contexto.
En el mismo poema, en versos posteriores escribe: “frente a tu máquina(ción)” logrando en el lector el efecto deseado. Es de ver la estrategia adoptada en el poema “Sabiduría”, veamos: “Luz en la oscuridad ilumina la gris sustancia que me hace pensar/ ilumina el camino por donde quiero pasar/ ilumina la cima adonde quiero llegar”.
En conclusión, el poeta Danny Rodríguez se perfila, con la insistencia del quehacer cotidiano, como una promesa que pronto hará un significativo aporte a las letras dominicanas.
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